COMUNICADO
DE PRENSA
A las Autoridades
Nacionales y Departamentales de la República
y a la Ciudadanía
Toda:
El sábado 30 de Junio próximo pasado, se reunió el Primer
Congreso del Libre Pensamiento Uruguayo en la ciudad de Montevideo, en el cuál
se presentaron distintas ponencias por destacados hombres y mujeres ciudadanos
libre pensadores de la República, que comprendieron los temas ‘’Librepensamiento e Igualdad de Género’’, ‘’José Artigas: un americano
librepensador y republicano’’,’ ‘’Apostasía, una expresión
librepensadora’’, ‘ El Proyecto de Ley de “Objeción de Conciencia”: un peligro
para la Libertad de Conciencia’’, ‘’ El acceso a la información, un elemento básico para la democracia’’, ‘’La Teoría del Diseño
Inteligente: un dogma seudo científico’’, ‘’ Mártires del Librepensamiento (Sócrates – Giordano Bruno – Francisco
Ferrer i Guardia), ‘’ La modernidad y vigencia de José Pedro Varela’’.
Además éste Primer Congreso resolvió por aclamación constituir la
Asociación Uruguaya de Librepensadores y la elección de su Consejo Nacional, que quedó integrado por los siguientes ciudadanos y
ciudadanas:
Presidente - Lic. Raúl Bula
Secretaria - Sra. Alicia Podestá
Consejero - Ing. Luis Calderón
Consejero - Ing. Gonzalo Durañona
Consejero -
Sr. Claudio Moreno
Consejero -
Dr. Jorge Massa
Consejero -
Sra. Nancy Medina
Consejero -
Lic. Elbio Laxalte
Consejero -
Dr. Rafael Ravera
Consejero -
Sr. José Luis Mostarda
Consejero -
Sra. Leonor Pérez Echinope
Consejero -
Magíster Víctor Rodríguez
Consejero -
Sr. Uruguay Sosa
Consejero -
Sr. Matías Tor
El Primer Congreso del Libre Pensamiento de nuestro País,
aprobó además del siguiente documento:
Manifiesto
del 1er. Congreso del Librepensamiento Uruguayo
En la ciudad de Montevideo, hombres y
mujeres librepensadores de la República
Oriental del Uruguay reunidos en el 1er. Congreso del Librepensamiento
Uruguayo, con el fin de crear la Asociación Uruguaya de Librepensadores
(AULP), recogiendo el legado del pensamiento libertario, republicano y
laico del prócer José Artigas magníficamente sintetizado en las Instrucciones
del Año XIII, así cómo las conclusiones del Congreso internacional fundacional
de la Asociación Internacional del Libre Pensamiento (AILP) realizado en Oslo,
Noruega en agosto del 2011, haciendo suya la divisa de Libertad, Igualdad y
Fraternidad,
Deseamos
manifestar a la Opinión Pública y a las Autoridades Nacionales y
Departamentales de nuestro país:
·
Desde que la Humanidad es,
nació libre y se ha hecho a sí misma saliendo de la prehistoria en una larga
lucha. Y
así gradualmente fue entendiendo que los derechos de la Humanidad son “verdades evidentes por sí mismas’”, que
existen porque la Humanidad existe. Y entre los primeros de estos derechos,
está el derecho a pensar libremente, el derecho a la libertad de conciencia.
Esta libertad de conciencia es la libertad para explorar y examinarse a sí
misma, partiendo de su falibilidad e imperfección y apoyada en el uso de la
Razón del Ser Humano.
·
El
Librepensamiento es
ante todo, un proceso de pensamiento crítico a partir del cual un individuo
conquista una cuota de libertad. El librepensamiento es la garantía, de una
búsqueda constante de la verdad; o, lo que es lo mismo, de una lucha constante
contra las diversas manifestaciones de la ignorancia, sea ésta individual y/o
social. Por este motivo, el Librepensador se caracteriza por ser un buscador de
la verdad, y rechaza toda autoridad que se oponga a la Razón. Si el pensamiento ha incidido en la cultura y esta a su vez
es factor determinante para la evolución de la Civilización en el Planeta, si
el pensamiento ha promovido en la escalada intelectual, a la ciencia, las
artes y todo tipo de tecnologías, ha sido porque hombres y mujeres han utilizado
el cerebro en todas sus capacidades cognoscitivas y con sus dos
hemisferios en plenitud de funciones.
·
La evolución no se detiene y de la misma forma jamás deben
detenerse los interrogantes que se formule la Humanidad, porque es a través de ellos que se amplía la libertad del
saber, se incrementan las posibilidades de evolucionar como Humanidad,
adecuándonos al avance de la vida.
·
La
libertad de conciencia está ligada a la emancipación personal: es decir, todo individuo es
libre para elegir su opción espiritual (religiosa o no) que más desee o
convenga, y nadie puede ser obligado a tener creencias determinadas.
·
Es
imprescindible la igualdad de todos los ciudadanos: es decir, sin distinción de
origen, sexo o convicción espiritual. Las instituciones públicas no son
prescindentes: no pueden privilegiar (ni deben permitirlo) ninguna opción
espiritual sobre otra y deben asegurar la libertad de pensamiento. Las opciones
confesionales o no confesionales corresponden exclusivamente a la esfera
privada de las personas.
·
El
interés general debe ser la única razón de existencia de la organización de
cualquier sociedad: así,
la laicidad consiste en liberar al espacio público de toda influencia ejercida
en nombre de una religión o de una ideología particular. Desde esta
perspectiva, el espacio laico no es pluri-confesional, sino auténticamente
a-confesional. De este modo, todos los seres humanos pueden reconocerse y
encontrarse en él. El laicismo defiende una serie de valores fuertemente
anclados en un humanismo universal. El laicismo es una actitud activa y
pro-activa a favor de esos valores.
·
Debemos estar alertas ante
la aparición de fuerzas oscurantistas, que pretenden hacer retroceder las
conquistas librepensadoras, republicanas y laicas, materializadas en la separación del
Estado de las Iglesias, en la Educación Pública – laica, gratuita y obligatoria –, en la vigencia del matrimonio
civil, etc. y que se oponen a la despenalización del aborto, al matrimonio
entre parejas del mismo sexo, etc. Son las mismas fuerzas que en el pasado cada
vez que la Humanidad libre avanzó y afirmó sus derechos, condenó a Sócrates,
Abelardo, Galileo, Giordano Bruno, Franciso Ferrer i Guardia y tantos otros: la
lucha entre el dogma y la Libertad de Conciencia es larga e incesante.
·
Desde aquí queremos hacer
notar el retroceso de algunos aspectos que consideramos indivisibles de la
naturaleza republicana y laica del Estado uruguayo. En particular advertimos
una estrategia re-evangelizadora: Después de casi un siglo de prudente silencio, la Iglesia
Católica, incluso aliada con otras iglesias cristianas fundamentalistas,
comenzó una contraofensiva sobre aspectos claves de la modernidad social. Las
carencias de la educación pública agravadas por la desidia gubernamental y la
falta de presupuestos acordes, más un corporativismo sindical que olvidó la
necesidad de unir las luchas reivindicativas con la vocación y la calidad de la
enseñanza, fueron aprovechadas por los sectores mercantilistas, pero sobre todo
confesionales, para desarrollar una enseñanza primaria, secundaria y
universitaria privadas, las cuales, también hay que decirlo, pese a la
presiones institucionales aun no reciben abiertamente subvenciones públicas.
·
En nuestro país el aborto
es penalizado desde hace más de 70 años: lo que provoca enormes perjuicios
sanitarios a la población femenina de menos recursos. Históricamente la Iglesia
Católica se ha opuesto a los intentos de despenalizar el aborto y legalizar la
interrupción voluntaria del embarazo por parte de la mujer. Actualmente hay un
proyecto de ley aprobado en el Senado de la República, que espera su aprobación
por la Cámara de Diputados. Las presiones desplegadas sobre los legisladores
han llegado incluso a amenazarlos públicamente con la excomunión.
·
El impulso de un proyecto
de ley llamado de “Libertad religiosa”, que intenta legalizar un “derecho de objeción de conciencia” no
solo para las personas individuales, sino también para las instituciones, en
particular aquellas instituciones privadas de salud creadas al amparo de las
instituciones religiosas, con el objeto de no aplicar las políticas
obligatorias de salud sexual y reproductiva vigentes en nuestro país, que
actúan para la planificación familiar, la contracepción y asesoramiento en caso
de embarazos no deseados.
·
La presentación del
Proyecto de Ley de reconocimiento civil del matrimonio religioso, que intenta, por esa vía,
eliminar la obligatoriedad del casamiento civil en el seno de la República.
Este Proyecto se justifica en “la
necesidad de garantizar y profundizar la libertad de conciencia y de religión”.
De tener éxito esta iniciativa, significaría dar marcha atrás en una de las
principales conquistas que marcaron la separación de la Iglesia y el Estado.
CONCLUIMOS:
·
Manifestamos nuestro compromiso de
actuar por el crecimiento de los individuos en todos los planos, combatir la
intolerancia, la opresión física, espiritual, social, cultural, económica y
ambiental, sin admitir fragmentaciones fundamentalistas de ningún tipo.
·
Manifestamos que nada ni nadie pueda
jamás comprar o adueñarse de la Libertad de Conciencia de los individuos.
·
En la modernidad que vivimos
parecería que la Libertad pasa por la capacidad de esclavizar a los demás: ello
no es admisible ni tolerable. Para nosotros la Libertad pasa por tener la
responsabilidad de cada uno de no ser esclavo ni de esclavizar a otros.
·
Nuestro compromiso militante
laicista en defensa de la Laicidad cómo garantía del espacio público que es de
todos los ciudadanos y no de una fracción política, ni de una religión ni de
una filosofía y muy especialmente en la Educación, pilar fundamental de la
construcción de la República.
·
Hacemos
un llamado a todos los ciudadanos y ciudadanas, especialmente aquellos y
aquellas identificados con los valores del librepensamiento a evitar el
retroceso sobre lo ya conquistado. Ello implica generar una cultura de
resistencia al “no pasa nada” y a defender la aplicación íntegra de la
Constitución y las Leyes, que no es más que el ordenamiento jurídico del
contrato social. Cada uno debe optar, y ocupar su lugar en este singular
combate.
Por último el Congreso
fue cerrado con el discurso de
clausura pronunciado por el Licenciado Elbio Laxalte Terra, miembro del Consejo Internacional de la
Asociación Internacional del Librepensamiento, en el cuál se abordó el desafío de trabajar para
perfeccionar al ser humano y para construir una sociedad humana cómo los dos
grandes ejes de la acción del movimiento librepensador y laicista a escala
planetaria y en particular en nuestro país.
7 de julio de 2012
Consejo Nacional de
la Asociación Uruguaya de Librepensadores
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