A las Autoridades
Nacionales y Departamentales
de la República y a la Ciudadanía Toda:
de la República y a la Ciudadanía Toda:
El próximo día 20 de Septiembre se
celebra en nuestro país y en otras latitudes del mundo el Día del Librepensamiento.
No es una fecha que nos pase
desapercibida, ya que ese día se
conmemora y recuerda un acontecimiento histórico: la entrada triunfal en Roma
en 1870, último baluarte de la reacción vaticana aliada al imperio francés de
Napoleón III, de las fuerzas patrióticas de Víctor Manuel II, Cavour y José
Garibaldi, que buscaban la unidad italiana. José Garibaldi, que había luchado
primero con las fuerzas republicanas contra el Imperio en Brasil en la
Revolución Farropilha y que luchó en nuestro país al costado de las fuerzas
liberales que defendían la Ciudad de Montevideo en el sitio que se le había
impuesto entre 1843 y 1851, durante la llamada Guerra Grande.
Hoy, ese
Principio del Librepensamiento, tiene una enorme actualidad, tanto en el mundo
como en nuestro país. Impulsar el Librepensamiento, es fomentar la Libertad en
toda su extensión imaginable, es fomentar la libertad de conciencia. Tal vez
por eso mismo es amenazado sistemáticamente de manera más o menos solapada o
descarada, por acción o por omisión por
diversos actores de nuestra sociedad, pero todos arrimando agua para el mismo
molino.
A que nos
referimos:
- Actores políticos que discuten un proyecto de
despenalización del aborto, pretenden meter por la ventana en el mismo ‘’la objeción de conciencia’’ de
las Instituciones privadas de salud que responden a alguna religión, deslizando que de hecho esas instituciones en
casos puntuales de discrepancia con la ley de salud reproductiva, podrían
acordar con el Ministerio de Salud Pública, el pasaje a otras
instituciones, por medidas tales como ligamiento de trompas. De ésta forma
se permitiría a instituciones privadas que por medio de esta figura, pese
a ser subsidiadas por el Estado, no cumplir con las Leyes que no comparten
y que otro cumpla con su deber. Y nos queda la inquietud: ¿las
Instituciones pueden tener conciencia”. Nosotros creemos que los individuos tienen conciencia, y no estamos
contra la objeción de conciencia individual. Pero si el estado permite la
objeción de conciencia en las instituciones se coloca en un peligroso deslizamiento
que solo puede terminar en una desestructuración general del principio de
autoridad y centralidad del Estado, y la tribalización corporativa de los
diversos componentes de la sociedad, cada cual “objetando” por
“conciencia” lo que no le conviene, lo que significaría el fin de la
unicidad de la República.. El legislador debería reflexionar muy bien, si
no desea dejar sentado un funesto precedente hacia el porvenir.
- Desde sectores confesionales católicos, se está
promoviendo públicamente la pregunta de si no será ya la hora de revisar
el artículo de la Constitución de la República que establece que el Estado
no profesa religión alguna.
- El deterioro de la calidad de la enseñanza
pública manifestado en las no superadas dificultades de deserción y bajo
rendimiento en diversas áreas del conocimiento así cómo de competencias
lecto escritoras básicas de buena parte del alumnado y sumado a las
persistentes denuncias de proselitismo político, ideológico y religioso en
las aulas, así cómo de la pérdida del clima de armonía y tolerancia que
debe reinar en los Centros de Educación.
- El archivo por la Jueza Mariana Mota de la denuncia de oficio
presentada por un Fiscal contra la en su momento designada Rectora de la
Universidad de Montevideo, Mercedes Rovira, por sus declaraciones públicas
dónde reconocía que discriminaba a la hora de contratar docentes por su
condición de homosexuales.
A ello se
suma un clima social de creciente indignación por hechos de violencia, dónde
los ciudadanos y ciudadanas trabajadores y honestos deben encerrarse en sus
propias casas entre rejas por temor u en otros casos de movilización contra la
desidia e inoperancia de quiénes incumpliendo con sus deberes en distintos
planos, ponen en riesgo la vida, la libertad, el honor y la dignidad de las ciudadanos
y ciudadanas.
De nuestra
parte decimos hoy más que nunca que el Librepensamiento es la aplicación de la
razón, la experiencia, la observación y la prueba, como únicos medios dignos de
crédito para la determinación de la Verdad. No nos limitamos a negar
simplemente todo lo que no resiste al toque de la Razón, sino que extendemos el
conocimiento humano a la luz de los principios, por tanto no reconocemos como
definitivo ningún sistema o doctrina. Por eso el Librepensamiento y la Laicidad
son dos pilares de la construcción de ciudadanos y ciudadanas capaces de tomar
en sus manos la conducción de su propio destino y el de la República.
No puede
haber librepensamiento sin laicidad ni laicidad sin librepensamiento. Nuestro
compromiso militante laicista y republicano es con la causa de la Libertad.
En vísperas
de un nuevo 20 de Setiembre, exhortamos a todos los ciudadanos y ciudadanas, especialmente
a los librepensadores, a proyectar ese Ideal Humanista para resolver la
intolerancia, la falta de solidaridad, la violencia y tantas miserias humanas
que nos aquejan como sociedad, así como para el fortalecimiento permanente de
la democracia y del sistema republicano de Gobierno, defendiendo activamente
los Principios de Librepensamiento y Laicidad, sin los cuáles no se puede construir
una sociedad más justa, más tolerante,
en suma más perfecta.
16 de Septiembre de 2012
Consejo Nacional de
la Asociación Uruguaya de Librepensadores
No hay comentarios:
Publicar un comentario